Ramiro Echeverry Sánchez (1953-2007)
Enseñó a través de su propia experiencia que con educación y persistencia todo se puede lograr, incluso superar las discriminaciones por clase y raza. En sus 23 años de ejercicio político en diversos cargos públicos (comisario, controlador municipal, director de valorización, concejal, entre otros), se caracterizó por su pulcritud y eficiencia; trabajo por los campesinos, la educación y el deporte en las clases menos favorecidas. Era parte del movimiento Nueva generación y defendió una política basada en la amistad.
Fue criado por mujeres como Benedicta, Graciela y Tránsito. Conformó una familia con Ana Milena. Padre de Diana Milena y Ramiro Andrés. En sus pruebas de supervivencia planeando la vida de su familia enviaba mensajes alentadores, en los cuales recalcaba la importancia de seguir con la vida y el estudio a pesar de las dificultades, siempre ayudando a los demás, haciendo las cosas bien.
“Era tan organizado que tenía su agenda y apuntaba todo minuciosamente tanto para las cuentas como para la organización. Eran anotaciones como “comprar flores”, “llamar a este dirigente”, “reunión”, “contratar tal cosa” “llevar tal otra”. ¡Todo lo apuntaba! (…) A mí me daba rabia porque yo le decía: ́Ramiro hay que hacer tal cosa’ y él me contestaba: “ya hace rato la hice, es que yo no vivo aquí, yo vivo allá”. Él siempre estaba más adelante (…) Desde las 5:00 de la mañana empezaba a levantar a todo el mundo en la casa y a hacer llamadas telefónicas: “quiubo, vea mijo acuérdese que dijo tal cosa”, “¿Jorge ya se hizo esto?”, “¿llamaste a fulano?”, “hay que hacer esto”. Tomaba lecciones desde esa hora y uno dormido todavía”.
Diana Echeverry, hija, y Rossmary Echeverry; Rocío, Graciela y Tránsito Sánchez, familiares.